AGUA Y AIRE
Viento púrpura, viento dorado!
Se mezclan ambos en graciosas espirales que suben y bajan, van y vuelven.
Traen aroma a divertidas pisadas sobre la tierra empapada, a risas mojadas por la tenue lluvia de otoño. Cantan las hojas a sus pies, responden las aves con sus revoloteos al atardecer.
Se duerme el entorno arrullado por la suave brisa de sus alientos.
Dos almas gemelas juegan en el suelo a contarse los lunares que adornan su piel.
Sus latidos se confunden en uno solo.
Los cabellos enmarañados están llenos de pequeñas ramas y líquenes. Las semillas se enganchan a los calcetines y pican en los tobillos.
Un viento sobre otro. El otro sobre el uno. Giran, se desplazan, se protegen en un abrazo infinito.
Corren, vuelan, cruzan el cielo.
Se alimentan de sonrisas y miradas.
Frente con frente, sin palabras todo lo expresan, sin romper el bullicioso silencio de los expectantes chopos, el susurro de las aguas entre las piedras y el pacífico sueño de los minúsculos insectos.
Cae la luz por poniente, y el viento se aleja. Es hora de descansar.
Mañana vendrás conmigo a la ribera, y juntos contemplaremos el dorado sobre el púrpura, el púrpura sobre el dorado, en su eterno amor!