Estuve este verano en un campamento, era todo normal, se hacian cosas muy divertidas cada dia y la verdad es que es uno de los sitios que mas añorare para todo la vida(era mi ultimo año).Pero una buena noche, despí¹es de hacer el juego nocturno y colocarnos en piña rodeando todos un mismo lumigas me fije muy profundamente en una chica en particular, tendria mas o menos un par de años mas que ella, y fue algo que a lo mejor fue la luz de las estrellas, la brisa del monte o un meteorito descomponiendose a millones de kilometros en otra galaxia… que entre en un estado de extasis que me hacia imposible no fijarme en ella. Desde luego que ya la conocia desde hacia tiempo pero nunca llegue a cruzar palabra con ella, fue desde ese momento que senti que me enamoraba de forma unica, me daba igual que alguien quisiese tanto a una persona como para sacrificarse por ella o que se abandonase a esta a todo riesgo de peligrar su existencia, sentia que lo mio no es que fuese diferente, ni unico, ni siquiera especial, sencillamente estaba hay y mientras contemplaba su bellisima silueta no mas que iluminada por la tenue luz de un aparato como fuese aquel lumigas, mi mente desato cada hilo fisico, molecula o atomo y se evadio del espacio, del tiempo y de aquellas aburridisimas clases de fisica que machacan ahora mis recuerdos. Siempre guardare en lo mas profundo de mi mente, de mi inconsciencia y de mi todo, el recuerdo de la primera vez que intercambianos sonidos o vibraciones en el aire, estando esperando en una fila, los ultimos, los rezagados, los ya conformados con su destino de guardar sitio donde se les habia merecido, empezamos a hablar compartiendo una conversacion en todo su estado mas puro, temas que distraen a la gente de cosas mas importantes, con una composicion de gestos e intenciones que sonaban mas atronadores que los gritos de guerra del septimo de caballeria a punto de llegar cuendo todo se daba por perdido. En ese momento fuimos abstractos seres de otras dimensiones con tantas cualidades y definiciones como el infinito de sus ojos, no habria sabido diferenciar en ese momento entre una escultura de miguel angel y una zanahoria, lo objeto dejaba de ser objeto puesto que habien perdido su condicion, en un mundo antimaterial donde se pagaba con atardeceres romanticos y se respondian los mensajes con apasionados besos con lengua. Ella sin embargo era de los mas terrestre, no me acompañaba en mi fantasia, su unica ocupacion en su microcosmos era la de constatar el tipo de lentillas trimestrales y el de las lentillas diarias, insignificancias comparadas con el plan B de mi vida si alguna llegabamos a intercambiar algo mas que susurros en la noche. La vida por fin era un concepto general que se podia resumir en “felicidad” y mientras que este sueño crecia y crecia de las ilusiones que traducidas en saludos o pequeños fragmentos de conversaciones alimentaban mi existencia llego a resultar que despues de unos tres intercambios de insustanciales palabras con mas trasfondo que los cuentos clasicos reversionados, sencillamente y al mismo tiempo mas significativamente que el anuncia de una tercera guerra nuclear fue asi que en vez de perseguir un mundo que aveces se detenia para mostrarme la majestruosidad de sus rios y montañas, de sus amaneceres y sus crepusculos, este mundo vino a mi y transmitio toda la fuerza de sus cascadas y remolinos, de sus estampidas y furias salvajes todo esto traducido en un: “¿y tu que haces?” El mero interes aparentemente rutina por cortesia, otro dardo mas en la desgastada diana que es mi corazon, y cuando los planetas se alinearon para dejar al descubierto mi verdadero destino… nada. El susodicho campamento de tan solo diez dias, diez dias del reflejo de mis aspiraciones para una vida encumbrada con la corona de sus cabellos. Desde entonces mis pupilas no han vuelto a reflejar la belleza de su rostro. Nada mas que intercambiamos direcciones de mundos virtuales, mas aun, irreales donde las apariencias son la moneda de cambio… No se que hacer, coger un ultimo aliento para el sprint aun a comienzos de la carrera o aceptar que fue un sueño loco de esos que sueñas en acaloradas noches de verano y que te despiertan de improviso y mirada al infinito maldices tu existencia por no traer a la realidad la de tu sueño…