Ayer por la noche, justo antes de cenar, me dio por recolectar todas las pinzas que tenía perdidas por casa y hacerme un peinado rarísimo, con pelos sujetos sin ningún tipo coherencia: vamos, que parecía una vieja loca/bruja. Bajé a la cocina, con una sonrisa traviesa al pensar la cara que pondrían mis padres al verme con semejante peinado. Pero, cuando me senté en la mesa, mis padres en lugar de poner cara de horror, reírse o preguntarme por qué lo hacía, símplemente me miraron durante unos instantes, soltaron un resoplido y comenzaron a comer.
Esta reacción por parte de mis padres me ha hecho pensar: ¿tan rara soy, que a mis padres ya no les sorprende que haga este tipo de estupideces? ¿debería preocuparme?
Me parece que voy a repasar mentalmente mis acciones del día a día, a ver si tengo problemas mentales o algo.