— Sábado, 18 de junio de 2011 a las 23:11

Y duele, duele bastante, ver como están cambiando a un ser querido.
Pero lo que más duele de todo es ver como le cambian sin que tu puedas hacer nada.
Tener que estar ahí, parada, mirando, mientras la otra persona está cambiando a peor, poco a poco.
Y no puedes hacer nada, porque al final siempre las cosas repercuten negativamente en tí, ya ha pasado otras veces…
Todo se resume en decir “bah, si me da igual” mientras sientes que las ganas de matar aumentan.

Hola lector! Chevismo cerró ‐ como habrás observado ya. Rescaté el diario porque siempre le tuve mucho cariño. En el proceso de rescatarlo me enamoré un poco otra vez de él...

En algún momento añadiré de nuevo la capacidad de escribir nuevas entradas y comentarios. Gracias por pasarte por aquí.

También quiero hacer una especie de "libro" con las entradas más emotivas y algunos comentarios. Poco a poco!