¿Sabes? No voy a derramar ni una sola más lagrima por ti. Si, lloré por ti. Porque eras una amiga para mi de las más especiales, confiaba en tí. Pero me demostraste lo poco que era yo para tí, porque mucha gente se interpuso en nuestra amistad y tu las dejaste, repetidas veces. Me traicionaste mucho y yo lo pasé. Lloraba en mi almohada porque no quería decirte nada, tenía -y sigo teniendo- miedo a quedarme sola, sin nadie en quien apoyarme. Pero he decido que no le voy a dar más importancia. Un día te darás cuenta de lo que has perdido y querrás venir a mi otra vez, a que yo te apoye. Pero ya será muy tarde. Me criticarás, pero no llevarás razón.
No puedes imaginarte el coraje que me da que valores mucho más a personas que han hecho por ti la mitad de lo que yo. Me dirás “¿Y tú que coño sabes?” Pues lo veo, joder, lo veo y lo sé, y se que es verdad, porque no soy la única que piensa así.
Las prefieres antes que a mi porque, según tú “ahora me estoy juntando mucho con las frikis” Ah, vale, si tu lo dices será así, ¿no? Claro, y como ellas, tus mejores nuevas amigas son super pijas (que en realidad más bien son chonis) y visten superguay, y son supersuper divertidas y yo soy una borde y una rancia.
Ala, démosle tiempo al tiempo, a ver lo que pasa, ¿no?