No sé si odiarte o darte las gracias.
Volviste a mi vida así como quien no quiere la cosa y me llenaste de ilusión. Me prometiste un verano inolvidable, me cubriste de besos, abrazos y caricias; me llevaste al cielo, me enseñaste mil cosas, me demostré a mí misma que soy una mujer… y ahora te vas peor de lo que te habías ido antes, porque ahora sé lo que pierdo y las pocas ilusiones que monté junto a ti se desmoronan…
Todavía nos quedaban tantas cosas por hacer, tanto por sentir…
Te echaré de menos, amigo. Te esperaré con los brazos abiertos si quieres volver. En cualquier caso me has hacho el mismo daño que habías reparado hace poco menos de dos meses…