Acabo de conocer a una chica fantástica. Es increíble, nunca antes había congeniado tanto con una persona. De hecho he conectado tanto con ella que me he asustado y todo. Cuando ya llevaba un tiempo hablando con ella he comenzado a pensar que era mi media naranja, pero no puede ser. Nos separan unos 1000 kms de distancia. Ella a lo mucho es un fruto tropical. Sí, uno de tantos frutos tropicales desconocidos para mí pero que existen y están ahí. Están lejos en una isla, y seguramente no lo probaré en mi vida. Y estoy seguro de que es un fruto sabroso y delicioso, de un sabor y aroma únicos.
También siento rabia por mí mismo, pues siento que estoy hecho para ella o sino eso, al menos ella si está hecha para mí completamente. Es una pena que nos separe la distancia. De momento solo nos une la amistad, una amistad que ha comenzado con buen pie. Es un bonito tesoro lo que ahora tengo y si lo guardo en el banco de la confianza y de la amistad con el tiempo generará intereses, y se convertirá en el tesoro más grande jamás creado, se convertirá en amor.
Pero no adelantaré acontecimientos, cada uno tenemos nuestra vida y seguimos caminos que creo que un día nos llevarán a encontrarnos de un modo u otro. Eres maravillosa y si se me presenta la ocasión estoy dispuesto a luchar por tí, por que vales eso y mucho más.