Desde hará dos o tres días me he fijado en el cani que siempre está en el parque donde vamos a jugar al póquer durante las horas libres, el cani se dedica a pedir «papel pa liar», fuego o cartón.
La primera vez que lo vimos nos pidió «papel pa liar», uno del grupo se lo dio y el cani nos enseñó la maría que pensaba fumarse y se quedó por la zona; la segunda vez me pilló solo y me pidió cartón, le dije que no tenía; la tercera vez (hoy) nos pidió fuego y le dijimos que no teníamos. Se quedó cerca y al rato nos pidió que le diéramos todo lo que llevábamos encima diciéndonos que sino no bajaríamos del minifuerte típico de parque elevado sobre el suelo casi como una casa del árbol en el que estábamos, intentamos ignorarlo, no sé qué pensarían los demás pero yo en ese momento pensé: «¿Y si lleva una navaja o algo?». Seguimos jugando y el cani seguía ahí, yo le dije a uno de los tres que estábamos: «somos tres contra uno». Luego vimos que llagaban dos canis más y que se quedaban al margen, en ese momento el cani se envalentonó y subió, me dijo que dejara de mirarlo así de serio (igual esperaba que le sonriera...) y que si no dejaba de hacerlo me iba a pegar y empezó a emular sin tocarme cómo lo haría, yo mientras lo miraba a los ojos, la pierna izquierda me empezaba a temblar y notaba cómo segregaba adrenalina, no sabía bien si lo que tenía era miedo o ganas de partirle la cara... Me fijé en sus ojos, eran marrones claros, y también en sus dientes amarillentos picados.
Hizo aparición uno de los dos canis que estaban espectadores y le dijo que me dejara en paz, el cani se fue y nosotros seguimos el mismo sitio jugando a póquer, los canis estaban abajo y comentamos los que estaba pasando, dijimos que echaríamos dos partidas más y que nos iríamos...
í¢â‚¬â€Es como una partida de póquer en la que no sabes si ir o no. Pues ahora no sé si pelear o no.
í¢â‚¬â€Ya ,tío… í¢â‚¬â€me dijo Santi.
Quizá fue ese el momento en el que decidí que si el cani me seguía provocando me pelearía con él y guardé todo lo que llevaba de valor en la maleta y todo lo que se pudiese romper (el MP4, el dinero que había ganado en el póquer y la cartera), se me pasó por la cabeza que en un enfrentamiento con los canis igual podían pillar la maleta y que entonces estaría jodido... pero preferí pensar que eso no pasaría e ignorar esa idea. Bajamos. Una vez abajo el cani se me acercó y me preguntó que si buscaba problemas.
í¢â‚¬â€¿Quieres problemas? í¢â‚¬â€preguntó el cani.
í¢â‚¬â€No, ¿y tú? í¢â‚¬â€No.
í¢â‚¬â€Pues en paz, tío í¢â‚¬â€le estreché la mano en señal de paz y le puse la otra en el hombro. í¢â‚¬â€¿Y qué pasa si busco problemas? í¢â‚¬â€me preguntó mientras yo aún le estrechaba la mano.
í¢â‚¬â€Que tendremos problemas. ¿Quieres problemas?
í¢â‚¬â€Sí. Le di la maleta y la chaqueta a uno de los que me acompañaba.
í¢â‚¬â€Te voy a pegar, me da igual que seas menor de edad í¢â‚¬â€dijo el cani.
í¢â‚¬â€No soy menor de edad. ¿Tú cuántos años tienes?
í¢â‚¬â€Veinte, ¿y tú?
í¢â‚¬â€Tío… yo estaba jugando tranquilo con mis amigos al póquer y me vienes a molestar… yo tendría que estar en segundo de carrera ya í¢â‚¬â€en ese momento las ideas salían desordenadas de mi mente, o mejor dicho, escapaban de ella.