Me acuerdo de aquel día de cuando era pequeña, aquel día que hacía viento -no mucho, pero como el cierre de la terraza no era muy bueno, retumbaban los cristales, y parecía más-, y pensé que en cualquier momento el cierre podría abrirse y el viento me atraparía, y viajaría hasta el desierto, con los camellos. Entonces cogí una bolsa y metí lo más necesario: una barbie, Principito y chuches.
Hola lector! Chevismo cerró ‐ como habrás observado ya.
Rescaté el diario porque siempre le tuve mucho cariño. En el proceso de rescatarlo me enamoré un poco otra vez de él...
En algún momento añadiré de nuevo la capacidad de escribir nuevas entradas y comentarios. Gracias por pasarte por aquí.
También quiero hacer una especie de "libro" con las entradas más emotivas y algunos comentarios. Poco a poco!