— Sábado, 23 de febrero de 2013 a las 11:28

En el angulo oscuro de la habitacion habia una vaca con manos, o unas manos con una vaca. Sea como fuere alli estaba, intangible. La vaca mugia la melodia de mis sueños, mi despertar enfermizo. Era tan hermosa. Su piel, moteada hasta el ultimo recondito, de una textura solo advertible a las alfombras turcas (las baratas no). Cantaba “Una lagrima Furtiva” con tal delicadeza que hasta el mismisimo Caruso reviviria y moriria en el acto por los celos. Sus manos humanas, huesudas cual madeja de…, huesos, balanceaban entre sus dedos los acordes de un instrumento hibrido, a medio camino entre la combinacion de una barra de pan con mermelada y un diptero de las exoticas especies de la polinesia maori. !Oh, tú, mi vaca! Solamente tú, mi eterno mugido. Entierreme, matame, o mejor dicho, al final, despiertame.

3 Comentarios

Te amo.

Anónimo — Lunes, 25 de febrero de 2013 a las 19:35


Absolutamente perfecto.

Anónimo — Jueves, 28 de febrero de 2013 a las 16:36


Joder, la marihuana hace maravillas. xD

Anónimo — Sábado, 6 de julio de 2013 a las 0:38


Hola lector! Chevismo cerró ‐ como habrás observado ya. Rescaté el diario porque siempre le tuve mucho cariño. En el proceso de rescatarlo me enamoré un poco otra vez de él...

En algún momento añadiré de nuevo la capacidad de escribir nuevas entradas y comentarios. Gracias por pasarte por aquí.

También quiero hacer una especie de "libro" con las entradas más emotivas y algunos comentarios. Poco a poco!