Esta noche se me lleno la cabeza de cosas por hacer, cosas “malas” para nuestro sistema, pero ¿ir en contra de la maldad acaso es hacer el bien? ¿lo es? ¿realmente los ladrones que se roban entre ellos tienen mil años de perdón? no lo se.
Es la primera vez que publico aquí, aunque diga que es anónimo se que en el fondo no, y no me importa.
Estoy por dirigir mis acciones hacia las “maldades”, todavía me falta mucho que aprender, tal vez solo me afecto mucho el club de la pelea y hablo de inocente, no busco aprobación, busco capacidad.
Veremos hasta donde llego con esta cruzada si es que la empiezo o solo publico esto.
El sistema te está convirtiendo sin que te des cuenta en un borrego más.
¿Qué importará la bondad o la maldad si la diferencia implica llenar de dudas lo esencial?
Hay que hacer lo que a uno le venga en gana en cada momento. Eso es lo esencial. Si te da la gana de hacer el ganso, lo haces. Si te da gana de comerte un helado, lo haces. Si te da la gana de bajarte los pantalones en público, lo haces. Si te comportas como un loco a sabiendas de que lo haces para llamar la atención, pero de verdad tienes ganas de ello, pues está claro que lo harás.
Lo importante no es la bondad o la maldad de la gente. Lo importante es si hacemos lo que hacemos por nosotros mismos o por los demás. Y una vez sabemos el motivo, saber en qué medida ese motivo es razonable o no. ¿Que no te apetece pensar tanto? Pues no pienses ni en lo bueno ni en lo malo.
Si vas a reflexionar sobre lo que es bueno y lo que es malo, tienes que tirar por otro camino menos moralista. La moral pertenece al sistema y se imprimió en ti desde que empezaste a crecer. Y por mucho que te la cuestiones, si te la cuestionas desde dentro de la misma, estás acabando en un bucle sin salida.
La gente olvida que está viva, que respira, que tiene cuerpo del que disfrutar haciendo cosas con él. Porque la gente se ve cohibida por el sistema cuando hace con su cuerpo algo que no es bien recibido. ¿Qué importará tanto lo bueno o malo que sea uno si está convencido de que lo hace lo mejor que sabe? ¿Tan difícil es dejar de enfadarse y querer a todas las personas por lo que son capaces de hacer, sea bueno o malo?
Quien no quiere hasta ese extremo, quien no ama así la humanidad, es que no es capaz de aceptarse ni amarse a sí mismo. Los problemas solo lo serán si crees que lo son. Y últimamente todos tienen la cabeza comida por la necesidad. No es feliz el que más tiene, sino el que menos necesita. Y no necesitamos otra cosa que la humanidad que nos caracteriza.
No somos seres buenos ni seres malos. Somos seres humanos.
—
Anónimo —
Martes, 9 de julio de 2013 a las 18:15
Pffffffffffffff, me parece que de todo lo que dices solo estoy de acuerdo con “No es feliz el que más tiene, sino el que menos necesita.”
¿¿¿¿Como te atreves a sentenciar “Quien no quiere hasta ese extremo, quien no ama así la humanidad, es que no es capaz de aceptarse ni amarse a sí mismo. “????
Yo me querré más o menos a mí mismo, pero no voy a amar a cualquier ser humano por lo que sepa hacer sea bueno o malo porque hay mucho hijo de puta suelto y no le voy a amar por ser un hijo de puta. Es completamente estúpido…
“No somos seres buenos ni seres malos. Somos seres humanos.” El ser humano crea el término “bueno/malo”, así como el termino “ser humano”, así que somos tan buenos o malos como seres humanos somos, es todo decisión nuestra al fin y al cabo…
Al fin y al cabo lo importante no es hacer lo que te venga en gana en cada momento, sino ser íntegro, ser fiel a uno mismo y a sus ideales, distinguir los prejuicios y perjuicios de tu educación cultural, disfrutar el día a día, evitar los sentimientos negativos pero no por ello ignorar el mundo. Porque está claro que si haces lo que te da la gana en cada momento no vas a conseguir un mundo mejor, y si el mundo ha llegado a donde ha llegado ahora mismo, aunque en gran parte sea una puta mierda, no ha sido por gente que ha hecho lo que le ha dado la gana en cada momento simple y llanamente. O quizá el mundo sería mejor si la gente no hiciese lo que le da la gana en cada momento, si estudiase cuando en el fondo sabe que debería estudiar aunque le apetezca comerse un helado. Aunque claro, no siempre es fácil ser fiel a uno mismo…
—
Anónimo —
Martes, 28 de enero de 2014 a las 1:32
La forma en que acabas tu comentario, esos puntos suspensivos tras esa última declaración, son muy curiosos. Me ha gustado haber provocado una reacción así, es justo la que tuve yo cuando comprendí que no me querría nunca del todo a mí mismo si no quería y amaba a la humanidad entera. Fue un pensamiento que se fue gestando en mí y me cabreó conmigo mismo tanto y más que a ti.
Si Hitler (tenía que poner ese ejemplo en honor a Chevismo, cómo no) hizo lo que hizo y fue como fue, fue porque de niño no lo quisieron como propongo querernos todos. Puede parecer una idea muy cristiana, religiosa o mística, pero es mucho más básico que eso. Somos péndulos, cuando recibimos un estímulo muy fuerte, lo normal es que haya una reacción, porque nuestro autocontrol no es perfecto, somos animales por muy humanos que seamos. Y según lo que declaras en tu comentario, estás a favor de cosas contradictorias. Hitler fue fiel a sí mismo, fue quien la vida le hizo ser, y las personas que le rodearon en su infancia no tuvieron quizá los medios, ni el conocimiento, ni el control ni la voluntad para hacer de Hitler alguien diferente. Todo habría sido muy distinto si tanto una parte como otra hubiesen comprendido esta idea. Uno puede querer y amar de sí mismo la identidad que forja desde su niñez, pero no quiere ni ama su naturaleza humana. Hitler no podía afirmar quererse a sí mismo solo por ser fiel a sí mismo.
Hay huecos en tu declaración, por una parte estás de acuerdo conmigo, pero por otra no, ya que la dificultad que implica no guardar ningún tipo de resentimiento a un asesino, y comprender todos y cada uno de los motivos que le han llevado a cometer tal atrocidad, es bastante alta, muy alta dificultad. Tener resentimiento es como beberse un chupito de cianuro, el dolor genera dolor. Está en nuestra mano cambiar eso.
Y por tus puntos suspensivos, te pregunto:
¿Son realmente tuyos los principios a los que sientes que eres fiel?
¿Eran de Hitler los principios a los que fue fiel él?
—
Anónimo —
Martes, 4 de febrero de 2014 a las 3:43
Uno puede querer y amar de sí mismo la identidad que forja desde su niñez, pero no quiere ni ama su naturaleza humana. Ehhhh, esa frase me ha gustau.
Los principios a los que trato de ser fiel no son míos, son una mezcla de diversos principios de diversas personas. Alguno quizá crea que es solo mío, pero seguramente esté equivocado. Los principios de Hitler tampoco eran suyos propios supongo… pero de todas formas creo que a fin de cuentas resulta un poco autista interpretar “suyos” como que alguien los ha “inventado” o “descubierto”, supongo que más bien “los haces tuyos”, por lo que supongo que sí, que eran suyos. Pero una vez más, ahí no radica la cuestión, yo digo que la metrica la ponemos nosotros, el bien y el mal son conceptos abstractos, para alguien muy bueno, alguien mediocre es muy malo y alguien muy bueno es bueno. Para alguien patético, alguien mediocre es alguien bueno. Pero a lo que yo me refiero es a que, bueno, muy bueno, malo o mediocre todos los imaginamos en nuestra propia escala, pero no tienen ningún sentido. Algo ahora bueno puede ser horrible en 1000 años y al revés. Es excesivamente relativo, por eso uno ha de ser fiel a “sus” principios, aunque es verdad que pedir a todo el mundo que hagan una introspección en su vida y encima quieran tratar de seguir unos valores que creen positivos es… utópico?
—
Anónimo —
Martes, 23 de febrero de 2016 a las 23:59
Que me respondas tras aproximadamente dos años y veinte días me hace ver lo interesante que es tener conversaciones en un lugar como este, porque ha pasado el suficiente tiempo como para no reconocer a la persona que escribió en mi nombre aquel 4 de febrero de 2014. La persona que escribió en mi nombre es la persona que fui, pero no la persona que soy hoy. Parece poco sustancial decirlo, pero quizá mi mente y mis decisiones han fluctuado lo suficientemente rápido en este lapso de tiempo como para haber cambiado radicalmente, porque nuestras decisiones nos definen y nos transforman radicalmente, dependiendo de la relevancia que tengan. Y yo, desde entonces hasta ahora, he tomado las decisiones más importantes y determinantes de mi vida, decisiones que me prohibí tomar, y pensé que nunca quebrantaría mis propias restricciones. Pero lo he hecho. Y eso cambia todo lo que dije. Esa frase que dije que te ha gustado, para mí ya no guarda todo el sentido que tenía cuando la dije, y la encuentro vacía, es como si yo hubiera vomitado su contenido y hoy no encontrase una realidad en mi vida con la que asociarla, porque todo ha cambiado tanto…
He pasado de entender que los principios nos definen a suponer que los principios determinan nuestros fines y la forma en que queremos perseguirlos, pero no nos definen a nosotros como personas, como seres humanos. Pedir a todo el mundo que haga una introspección para que intenten descubrir unos valores positivos es justo lo que nos pedimos todos a nosotros mismos en algún momento de nuestras vidas, por lo que ya estaríamos viviendo esa utopía. ¿Por qué no parece una utopía? Porque cada persona es un mundo, y la respuesta que encuentran en esa reflexión interna es totalmente diferente a la del resto. Pero mediante el diálogo con otras personas encontramos similitudes en nuestra experiencia de vida con la de otros y es así como encontramos amigos.
Así no nos sentimos tan solos y nos podemos querer más a nosotros mismos. Cosa de poco. xD
—
Anónimo —
Lunes, 29 de febrero de 2016 a las 0:34
Hola lector! Chevismo cerró ‐ como habrás observado ya.
Rescaté el diario porque siempre le tuve mucho cariño. En el proceso de rescatarlo me enamoré un poco otra vez de él...
En algún momento añadiré de nuevo la capacidad de escribir nuevas entradas y comentarios. Gracias por pasarte por aquí.
También quiero hacer una especie de "libro" con las entradas más emotivas y algunos comentarios. Poco a poco!