— Martes, 4 de febrero de 2014 a las 5:34

«Verás, el regalo está a medias. Tendrás que ser un poco paciente para recibir la otra mitad. A simple vista verás que solo es música y una parrafada inmensa sobre mierdas existenciales y el secreto de cómo ser feliz y vivir plenamente tu vida.»

Así comenzaba a anunciarme que mi regalo no estaba completo. Supuestamente en esa primera mitad ya venía incluida el secreto de cómo ser feliz y vivir plenamente mi vida, pero la vida es muy curiosa, porque ella creía que yo necesitaba conocer tal secreto y en realidad parece haberlo descubierto después de eliminarme por completo de su vida. Es muy curioso que sin ella saberlo o proponérselo haya diseminado hacia otros su otra mitad de mi regalo. Sin darse cuenta lo ha ido completando poco a poco. Y estoy orgulloso, he de agradecérselo. Me parece justo, habiendo sido yo el dueño de cada momento y de cada situación por las que ella ahora parece haber aprendido a ser feliz. Quizá yo ya no vaya prendido a su muñeca, pero ella lo seguirá estando a la mía.

«Sabes que llevo gilipollas unos cuantos días. Me cuesta pensar con lucidez. Lo siento por eso… No te mereces que haga algo como esto en estas condiciones… pero no quería dejarte sin regalo… Sé lo que es quedarse sin regalo… Sé lo que es no tener regalos… y no es una sensación agradable. Por eso… aunque me esté costando… he intentado preparar algo especial. Algo como tú. Un regalo como todos los que yo no recibí. Mi regalo. Por otra parte, nada más que añadir… Ah, sí… Felicidades. Y… te quiero.»

Hizo parecer que la segunda oportunidad que yo le estaba dando pareciera que fuera en realidad de ella para mí. ¿Y todo para qué? Para sentirme orgulloso de abandonarla en primer lugar. Yo soy quien la ha hecho más fuerte. Yo soy quien le ha permitido averiguar el secreto de cómo vivir plenamente su vida. Si no hubiera sido por mi paso por su vida… Nada volverá a ser lo mismo, le he cambiado la vida. Todo paso que dé a partir de ahora, estará condicionado por todo lo que le permití vivir conmigo. Le guste o no, ya no es tan dueña de su vida. Si lo fuera, yo no habría conseguido completar mi regalo de cumpleaños. Su bondad, su crueldad, su amor, su odio, su vida, su muerte, su placer, su dolor, su deseo, su frustración, su contradicción, su coherencia… todo perdura aquí, en mi regalo.

«¿De qué sirve un final si va acompañado de unos puntos suspensivos? De abusar del remoloneo y la cobardía. También para tener mucho miedo a estar solo y la constante tentación de volver a pecar.»

A mí me ha cambiado la vida, pero en menor medida. Siempre vi las máscaras, las segundas intenciones, los errores de cálculo, la falta de precisión… Era muy difícil que pudiera ganarme la partida. Porque solo fue eso, un juego, una actuación. ¿Qué hace que la historia sea falsa si ocurrió en realidad? ¿Quién habría sido capaz de impedir que yo la continuara por libre, tal y como he hecho?

Nadie.

Porque no debo tres días de vida a quien me dio la excusa perfecta para que cumplir mis promesas fuera un imposible.

2 Comentarios

“Yo soy quien la ha hecho más fuerte. Yo soy quien le ha permitido averiguar el secreto de cómo vivir plenamente su vida. Si no hubiera sido por mi paso por su vida… Nada volverá a ser lo mismo, le he cambiado la vida. Todo paso que dé a partir de ahora, estará condicionado por todo lo que le permití vivir conmigo.”

Amen.

Me gusta ver que no soy el unico que piensa asi

@Chevi — Martes, 4 de febrero de 2014 a las 15:56


Un placer. :)

Autor — Miércoles, 5 de febrero de 2014 a las 0:12


Hola lector! Chevismo cerró ‐ como habrás observado ya. Rescaté el diario porque siempre le tuve mucho cariño. En el proceso de rescatarlo me enamoré un poco otra vez de él...

En algún momento añadiré de nuevo la capacidad de escribir nuevas entradas y comentarios. Gracias por pasarte por aquí.

También quiero hacer una especie de "libro" con las entradas más emotivas y algunos comentarios. Poco a poco!