Sobre la importancia del elemento círculo vicioso.
Vivo intentando hallar mi catarsis, pero estoy atrapado en una espiral profunda de círculo vicioso.
Mi capacidad de expresividad emocional nula me ha traído aquí, en última instancia, a publicar lo que quiera que sea esto. El término es alexitímico, según Coleman. Pero no concuerda del todo con lo que termina de pasarme.
Mis amistades me confirman que necesito abrirme, que soy hermético y me lo guardo todo para mi. Eso es cierto. Nunca me ha interesado contarle mis problemas a nadie (aunque en realidad los esté contando aquí, no me tomen por hipócrita); pero la verdad es que tampoco nadie se ha interesado por ellos nunca. Y que no se me malinterprete, no espero que esto cambie (aunque no niego que me gustaría que lo hiciera). Nadie es imprescindible en mi vida, ni yo en la de nadie.
Pero me frusta que intente buscar una solución y solo encuentre más preguntas. Me frusta buscar una mano y solo encontrar puños. Me frusta buscar cariño y encontrar indiferencia. La indiferencia no es más que una forma muy sutil de desprecio mal disimulado.
Me figuro que debo de inspirar una mezcla de condescendencia y repugnancia enmascarada en las personas.
Medito sobre cómo salir de esta situación y no soy capaz de buscarle solución. No enfoco bien el problema.
Es duro estar solo. Mucha gente te dirá que la soledad es fantástica, que aprender a convivir con uno mismo es fundamental. La soledad es buena hasta cierto punto, más allá de eso te termina desquiciando.