— Lunes, 16 de julio de 2018 a las 5:39

Tiene gracia.

Hace nueve años rompí una promesa que me hice a mí mismo cuando tenía ocho años.
Hace tres años rompí una promesa que me hice a mí mismo cuando tenía seis años.
Por suerte, hace un año pude hacerme de nuevo la promesa que rompí hace nueve años.
Por suerte también, no puedo volver a hacerme una promesa como la que rompí hace tres años, porque no hay vuelta atrás.

Durante ocho años me aferré a la creencia de no poder hacerme de nuevo la promesa que rompí porque en realidad no quería intentarlo una segunda vez.
Durante diecinueve años me aferré a un sistema de creencias con el que convertí mi vida en un infierno de carencias.

Dos promesas en torno a las que mi vida ha estado girando constantemente.

Aprender fue fácil.
Diferenciar un buen aprendizaje de un mal aprendizaje fue difícil, y a veces lo sigue siendo.
Desaprender está siendo dificilísimo.
Seguir aprendiendo está siendo un placer.

Haber convertido mi evolución en un trabajo de fondo y en un proceso más consciente es lo mejor que me ha pasado hasta la fecha.

Y sí, tiene gracia.

Tiene gracia que mi salud haya dependido por completo de una puñetera promesa. Le debo mi salud y bienestar a romper una promesa. Me prometí no hacer daño, no molestar, no defraudar, no romper los esquemas de nadie. Me prometí dar más importancia al bienestar de los demás que al mío. Cumplir con las expectativas de los demás. No tener expectativas propias. Prácticamente me prometí no vivir.

Tiene gracia lo mucho que me costó entender lo absurda y demente que fue la primera promesa que me hice a mí mismo.

Tiene mucha gracia.

Hola lector! Chevismo cerró ‐ como habrás observado ya. Rescaté el diario porque siempre le tuve mucho cariño. En el proceso de rescatarlo me enamoré un poco otra vez de él...

En algún momento añadiré de nuevo la capacidad de escribir nuevas entradas y comentarios. Gracias por pasarte por aquí.

También quiero hacer una especie de "libro" con las entradas más emotivas y algunos comentarios. Poco a poco!